Estrenos de temporada: Phoebe Philo, Daria Werbowy y Claire Waight Keller
Por María José Pérez - 28 de agosto de 2023 - moda
Aunque esta temporada va a traer más novedades a la industria, estas tres noticias no solo han marcado el mes de agosto, sino que resultan especialmente significativas en septiembre (y en lo que queda de año).
Aunque el mes de agosto suele ser un secarral en lo que a noticias de moda se refiere, este año ha sido distinto: al mismo tiempo que las expectativas sobre la vuelta de Phoebe Philo con su marca homónima siguen disparándose, cayó el bombazo de que Daria Werbowy es el nuevo rostro del nuevo Gucci (el que nos presentará Sabato De Sarno, su director creativo, en unas cuantas semanas) y, para terminar Claire Waight Keller, sin actividad reseñable desde que se marchó de Givenchy en 2020, ahora lanza colección... con Uniqlo. Y aunque los dos hechos sean fáciles de relacionar por tener a la modelo como denominador común, lo cierto es que estos tres movimientos nos hablan alto y claro de lo que está pasando con la moda ahora mismo: el regreso de los cánones de la moda de la recesión de los 2000 es tan real como el giro de ciertas marcas masivas hacia lo premium.
Daria Werbowy y Gucci
Cuando se anunció la salida de Alessandro Michele de Gucci, lo cierto es que (casi) daba igual el nombre que lo sustituyese: el murmullo general era que la casa italiana pretendía volver a la estética que implantó Tom Ford en la firma a finales de los 90 y principios de los 2000, esa que se movía entre el chic y el sexy y que terminó derivando en el porno chic. Ahí es nada. Pero antes de campañas ultraprovocadores que hoy en día serían inviables (a no ser que se buscase de manera deliberada la controversia y la cancelación), Ford consiguió que la sensualidad explícita fuese compatible con cierta interpretación de la elegancia. Y sus coordenadas siguen siendo la base de la elegancia moderna (aunque eso pueda ser un oxímoron), solo que ahora hay que sumarle la idea un tanto extrema del sin esfuerzo. Naturalidad impostada que se ve especialmente en looks de belleza que intentan imitar la piel desnuda... y sana, pulida e impoluta. Por supuesto.
Esa amalgama de conceptos que dan lugar a una imagen cohesionada está presente en la fotografía con la que el italiano anunció que Daria estaría en la nueva campaña de Gucci; su primera declaración de intenciones como director creativo de la casa. Además, tirando de nostalgia: recalcó que ambos empezaron en la industria en 2003 y que David Sims la fotografió tanto en su debut como ahora en su nuevo estreno. Y salvando las diferencias, ese aire descomplicado (que ya sabemos que tiene poco de fácil) y esa poca ropa son dos características que llevan un tiempo presente en las campañas de algunas marcas, como algunas imágenes de Anthony Vaccarello para Saint Laurent (recuerda las imágenes en las que solo había medias y tacones) o, por supuesto, las de Daniel Lee para Bottega Veneta. Ahí, el lujo silencioso estaba más que presente. Y si se habla de lujo silencioso, hay que poner sobre la mesa a Phoebe Philo.
Phoebe Philo (y de nuevo, Daria)
Daria, una de las modelos favoritas de las insiders, también era la predilecta de Phoebe Philo. Tenía sentido: ambas mujeres ejemplificaban una mirada diferente y, por entonces, ligeramente disidente, aunque no lo suficiente como para que quedasen relegadas a los márgenes y se les penalizase por ello. Sabían mantener el equilibrio en la popularidad sin caer en el lado de la sobreexposición. Al menos, aparentemente. Y ahora, se repetiría la jugada, porque aunque el misterio alrededor de la vuelta de Phoebe Philo sigue tan presente como la niebla en una mañana nublada de invierno, lo cierto es que distintas fuentes y medios alrededor del mundo dan por veraz el que Daria Werbowy también tendrá un papel fundamental en el regreso de Phoebe Philo.
La veneración que siente gran parte del mundo de la moda por el trabajo de Philo es solo comparable, quizás, a la leyenda que envuelve a Alexander McQueen: son pocas las personas alineadas con otra mirada femenina las que no caen rendidas ante su trabajo. Y aunque tuvo vida antes de Céline, cuando llevaba tilde (dotó a Chloé de una popularidad inaudita), lo cierto es que los años que pasó allí, de 2008 a 2017, fueron definitorios no solo en su carrera profesional, sino también en la configuración visual de la industria: fue una de las adalides del lujo silencioso y planteó otra manera de entender la feminidad y la moda para mujer, más práctica y alejada de la codificación tradicional del sexy.
Phoebe Philo demostró que la intelectualidad en el diseño era un valor al alza después de una sobredosis de fiesta y piel al aire y que su manera de perfilar el armario femenino podía ser más delicada que cualquier encaje transparente. ¿La consecuencia, especialmente cuando al inicio de su recorrido en Céline la crisis apretaba? Que muchas firmas de moda rápida intentaron imitar sus diseños, generando parte del gran fenómeno de la llamada "moda de recesión", centrada en diseños sencillos pero con cierta intención, colores neutros y versatilidad. Justo el fenómeno que ha llevado a los cielos a Uniqlo y en el que ahora profundiza Claire Waight Keller.
Claire Waight Keller y Uniqlo
El caso de Waight Keller puede equipararse, en cierto modo, al de Philo: ambas son diseñadores respetadas que ostentaban cargos de poder relevantes en la industria de la moda y, sin embargo, terminaron dejándolos por diversas causas (en el caso de Philo, muy relacionadas con lo personal y con la maternidad). Y ambas se han tomado un período de aparente vacío profesional, al menos, a nivel mediático. ¿La diferencia? Que la vuelta de Keller ha tomado un camino muy distinto al de su colega.
Uno de los puntos álgidos de la carrera de la directora creativa fue ser la primera mujer al frente del ready-to-wear y de la Alta Costura de Givenchy, sustituyendo a Riccardo Tisci. Después de también haber estado al frente de Chloé, el público esperaba otro siguiente gran paso, otra gran marca, o el lanzamiento de un proyecto propio alineado con su "creencia sincera en la bondad y el coraje de ser fiel a tu arte", como contó en el post en el que se despedía de Givenchy. Sin embargo, coronavirus mediante, no se había sabido nada de Keller desde abril de 2020... Hasta ahora. Hasta que Uniqlo ha entrado en la sala.
Aunque en España no esté (tan) catalogada como moda rápida, lo cierto es que Uniqlo es una marca de moda rápida japonesa. Vamos, que pertenece a un conglomerado que se llama Fast Retailing (vale, no es que todas las firmas que están dentro de esa empresa sean moda rápida, pero sí tiene que ver con el origen de Uniqlo). Solo que antes de que otras como Zara y Mango empezasen a realizar cambios para alejarse de ese concepto, Uniqlo ya se puso en marcha en cuestiones como mejora de materiales y un lavado de imagen vía campaña de marketing para desligarse de un modelo empresarial que aunque sigue llenando armarios y arcas, en los foros públicos, cada vez gusta menos.
Dentro de esa estrategia de cambio, como también ha podido hacer H&M, están las colaboraciones con diseñadores de renombre, y algunas funcionan tan bien que se repiten, como la de Jonathan Anderson. No es el único nombre importante que ha pasado por ahí, ya que Marni es otro de los habituales, al igual que Inès de la Fressange. Ahora, Waight Keller se suma.
"La colección trata de traer el casual chic al día a día, un armario esencial", cuenta la diseñadora en una entrevista publicada en la web de Uniqlo. "Para mí, captura un sentido del estilo moderno y sin esfuerzo; algo que he hecho durante años y que quería traer a esta colección". Su. nombre, Uniqlo: C. ¿La fecha para apuntar? Mitad de septiembre. Y ojo, porque ya tiene los halagos de Eva Chen, Lily Collins, Tim Blanks, Karla Welch, Lily Aldridge o Julianne Moore, personas que están muy lejos de acercarse a la moda rápida por un requerimiento económico.
Las piezas consiguen maridar las insignias de la marca con el sello de Claire Waight Keller: faldas plisadas, jerséis cómodos, gabardinas ligeramente oversized, vestidos cómodos pero con un toque femenino... Prendas sencillas pero con un giro en el diseño, que ha pergeñado una mente alineada con el lujo (y el equipo de Uniqlo, claro) y que, sin embargo, se venderán a un precio accesible para una gran mayoría. Otro oxímoron: diseño que sale del lujo para todos. Un penúltimo giro de tuerca a un fenómeno que sucede desde hace siglos y que se acrecentó con la crisis de 2008; que no hemos dejado de ver desde entonces y que continúa funcionando en 2023. Especialmente, cuando no hay logos que puedan identificar claramente si esa camiseta la has comprado en una tienda de lujo o en la cadena de fast fashion que te queda más cerca.