Grace Villarreal: "Mi hermana y yo crecimos con una mente muy emprendedora sin saberlo"
Por María José Pérez - 8 de junio de 2023 - moda
Después de estar diez años creando contenido para YouTube (tarea que continúa a día de hoy), Grace Villarreal hace balance de cómo ve la marca que tiene junto a su hermana Melissa, The Villã Concept.
Ha llovido mucho desde que Grace Villarreal, que cuenta con más de medio millón de seguidores en su perfil de Instagram y cerca del millón en YouTube, arrancase en la plataforma de vídeo como HappySunnyFlowers. Un nombre que ella misma define como "muy cheesy" pero que definía (y define) muy bien el panorama naíf de la red social por aquel entonces. Una inocencia que si bien ha podido desaparecer de la red, sigue acompañando a la creadora de contenido y empresaria, solo que de una manera más calmada; más asentada. "Me he mantenido bastante fiel a mí misma porque siempre he sabido quién soy, mi identidad, y cuando la tienes tan segura, es muy difícil salirte de lo que eres tú", explica tranquila. Y gran parte de eso está desde hace unos tres años en The Villã Concept, la firma que tiene junto a su hermana, Melissa.
"Mi hermana y yo crecimos con una mente muy emprendedora sin saberlo", cuenta Grace. "Mi padre siempre nos decía que íbamos a hacer cosas grandes, que teníamos un propósito increíble y que teníamos que hacer algo que durase en el tiempo. Mi familia nos inculcó que no estábamos hechas para un trabajo de oficina, así que crecimos sabiendo que haríamos algo juntas, y a raíz de las redes sociales y de ver que teníamos la confianza de la gente y de las marcas para comunicar productos, nos dimos cuenta de que era el momento de mirar hacia dentro y decidir qué queríamos hacer". ¿Lo curioso? Que no tenían claro qué producto iba a ser su caballo de batalla, pero sí sabían que estaría dentro del concepto de calidad.
En ello, vuelven a influir tanto su infancia como su padre. Siendo misioneros, se movían de manera casi continua, lo que les hacía tener una relación curiosa con lo material: no cargaban con demasiado en sus maletas pero lo que tenían, era duradero. Muy duradero. Grace menciona una mochila de piel que se compró su padre con 23 años y que sigue en su casa casi 40 años después, o una chaqueta de alpaca de la misma quinta. "De ese concepto de prendas de buena calidad sale toda la idea, porque solo tienes que invertir en una prenda, pero como es de tan buena calidad, está impregnada de toda esa historia a lo largo del tiempo; se convierte en una joya familiar". La narrativa general, cada vez más centrada en el slow fashion, la atemporalidad y el armario cápsula las arropa, pero su discurso parece dejar claro que esto no ha sido oportunismo: estaba dentro de ellas.
Que el entorno acompañe no significa que la tarea de hacer crecer y mantener una marca de moda y estilo de vida sea sencillo. En absoluto. "Creo que nosotras hemos sufrido más por ser figuras públicas", reflexiona Villarreal. "Al ser influencer y al conocer la gente tu trayecto, es más fácil que se cuestionen qué estoy haciendo. Creo que si hubiésemos sido personas anónimas que abren su marca, que se concentran muchísimo en el objetivo y en la comunicación, sería más fácil que la gente piense que el producto merece valer lo que vale". Concede, eso sí, que su estatus público le ha puesto más fácil acceder a la prensa, lo que repercute en posicionarse en la mente de la gente. "Pero de ahí a una compra, es todo un mundo", continúa. "Que al gente se gaste el dinero es difícil, que la gente confíe en ti es muy difícil, y para ser España, nuestra marca se sale del precio medio, por eso queremos salir internacionalmente, porque es más fácil que la gente de fuera se gaste 120 euros en una camisa made in Spain".
Cuenta que por ese panorama al que tienen que hacer frente todas las emprendedoras en moda en España, entiende que muchas de sus compañeras hayan ido "a lo seguro", es decir, a sacar productos con un precio de salida más barato. "Si tú sacas algo de 30 euros y tienes seguidores en YouTube, se lo van a gastar, pero no era lo que nosotras queríamos", sigue. Un buen ejemplo, recuerda, es lo que sucedió con las agendas, el primer producto que sacaron en The Villã Concept porque creen que "todo sueño, toda meta, se tiene que planear". Pasaron muchas horas mirando papeles y gramajes, colaboraron con una asociación y cuidaron cada paso. Las lanzaron a 30 euros, ganaban menos de 2 euros de beneficio con ellas... y hubo bastantes mensajes de queja porque el público las consideraba caras.
La fricción es lógica teniendo en cuenta que una buena parte de la masa de seguidoras de Grace viene de usos y costumbres del pasado, de cuando los hauls de decenas de prendas cada dos días eran la norma en YouTube. "Todas hemos aprendido con el tiempo", cuenta. Y eso que ella era de las que hacía hauls de segunda mano porque, afirma, no le gustaba la estética de la ropa de moda rápida estadounidense cuando vivía allí. Zara y Mango son otro cantar. Pero gracias a la profesionalización de su trabajo, showrooms mediante, el consumo de ropa de primera mano se ha reducido, aunque sabe que está lejos de ser perfecta. Al fin y al cabo, cuesta mucho dejar de lado los contenidos que sabe que van a funcionar. Sencillamente, porque las redes sociales siguen siendo su trabajo principal hasta que los números de Villã sean más boyantes.
"Me encantaría que la gente viese nuestras entradas y beneficios anuales, porque el margen es tan mínimo que yo no tengo un salario de Villã; ni yo, ni mi hermana", cuenta. "Yo tengo otros trabajos, y Villã puede pagar a los dos o tres trabajadores que tiene, pero no estamos cobrando por esto; estamos intentando hacer que salga adelante con nuestros valores y pilares. Tenemos que contarlo para que, a largo plazo, cada vez que una persona necesite algo en su armario, sepa que si va a Villã, va a encontrar esa prenda de calidad que le va a durar".