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Alta Costura primavera-verano 2023: los 5 momentos de los que todo el mundo habla

Por María José Pérez - 8 de febrero de 2023 - moda

#moda#tendencias#análisis de moda

Los animales hechos a mano de Schiaparelli, los vestidos descolocados y surrealistas de Viktor & Rolf; las esculturas de Chanel, la simbiosis entre Haider Ackermann y Jean Paul Gaultier que ha conquistado a la crítica... La primera semana de la moda de Alta Costura promete un año en el que nos vamos a volver a enamorar de la labor creativa... ¿o no?

La primera Semana de la Moda femenina del año, la de Alta Costura primavera-verano 2023, ha empezado con muchas promesas. La promesa de volver a emocionarnos con la moda a pesar de encontrarnos en tiempos inciertos, la promesa de volver a poner la creatividad en el foco y de generar conversaciones constructivas alrededor de una industria que mueve a millones de personas. Pero también con altas dosis de viralidad que, en cierto modo, ponen en jaque todas esas buenas intenciones anteriores. Y ojo: la viralidad es útil para, precisamente, dar de qué hablar. La cuestión está, quizás, en que si se empujan demasiado los límites, el discurso se tambalea y las interpretaciones, siempre libres, no son las que el creador desearía. Pero ahí está el peligro y la belleza, el vértigo de crear algo que el mundo puede observar. 

Si has estado siguiendo en redes sociales todo lo que acontece alrededor de esta #HauteCoutureWeek, seguro que habrás visto algunos de estos momentos en tu feed. Pero si se te ha escapado alguno o has tenido otras cosas en tu agenda, aquí van los cinco instantes más destacados de la Alta Costura de primavera-verano 2023.

Los animales (hechos a mano) de Schiaparelli

©Gorunway.com
©Gorunway.com

Daniel Roseberry es un diseñador al que hay que agradecerle haber revitalizado una marca histórica que dependía enormemente de su fundadora y que no había terminado de encontrar un hueco claro en la mente de los profesionales de la moda hasta que él tomó las riendas. ¿Fácil? Ni mucho menos. Sobre todo cuando aterrizas en plena aceleración del like y el término viral se convierte en la palabra clave de los informes de rentabilidad. Tal como ha expresado el norteamericano afincado en París, al igual que otros compañeros, tener esa clase de ideas cada pocos meses, está muy lejos de ser sano y factible. Y sin embargo, juegas al juego. La cuestión está en cuando flexibilizas las normas y das un salto al vacío sin red de seguridad. Porque aunque la artesanía detrás de las piezas es indiscutible (y así ha quedado plasmado en los vídeos de making of que han compartido desde la casa) y la narrativa del Infierno de Dante sirve de amortiguador, no han sido pocas las miradas que se han incomodado, cuando no enfadado, al observar a los animales realizados a mano que salpicaron el desfile de Schiaparelli. 

La polémica ha sido tal, que incluso las modelos que lucieron los revoltosos looks salieron en defensa del creador. Tampoco hay que olvidar que la propia PETA ha tenido que pronunciarse para recordar que ningún animal ha sido dañado y que no condenan la aparición de las figuras del leopardo, el león y el lobo en el show. Pero hasta ese punto ha habido que llegar. 

¿Conseguido? Conseguido.

Los vestidos 'descolocados' de Viktor & Rolf

¿Queréis viralidad? Pues ahí va otra dosis. Aunque lo cierto es que la marca es ya una experta en crear momentos fotografiables que dan la vuelta a Internet en cuestión de segundos (por si no lo sabías, los trajes de la colección Ringarde de la primera temporada de Emily en París, están inspirados en un desfile de la casa). Así que observar un desfile de Viktor & Rolf es esperar lo inesperado, incluso cuando eso implica que en vez de piezas maravillosamente extravagantes, haya vestidos de gala tradicionales y hasta dignos de Charles Frederick Worth. Claro que solo los tres primeros: el resto se separaban del cuerpo en ángulos poco naturales, para dar una sensación escultórica y hasta surrealista. 

En el backstage tras el desfile, los diseñadores comentaron que esta era una aproximación "absurda" al estereotipo del vestido de gala y que (apunta) hacer algo bonito no está reñido con "una idea inteligente". Los comentarios y los aplausos, se los llevaron a casa.

Jean Paul Gaultier x Haider Ackermann

Es la colección que parece haber puesto de acuerdo a la crítica de un modo unánime: ha resultado fantástica. Desde que Jean Paul Gaultier decidió que las colecciones de costura las harían diseñadores invitados, las expectativas sobre lo que sucede bajo el paraguas de uno de los grandes creadores del siglo XX y XXI siempre están altas. Ackermann ha cumplido, a pesar de que no era fácil encontrar un punto en común entre sus dos universos: mientras que Gaultier siempre ha sido rebelde y decididamente humorístico, Ackermann afirma que no tiene sentido del humor. Así que al nacido en Colombia y formado en Amberes le ha tocado bucear en el archivo del francés hasta dar con un territorio neutral: la sastrería.

De este modo, los pantalones de pinzas se han unido a chaquetas impecables, tops escultóricos y plisados que bien podrían haber pertenecido a Madame Grès o a Fortuny. Probablemente, es la colección de Jean Paul Gaultier más minimalista hasta la fecha y, quizás, uno de los experimentos más arriesgados y exitosos que han salido de ese laboratorio de ideas que es la marca de Monsieur. 

Las esculturas de animales de madera de Chanel

El bestiario parece que ha sido una fuente de inspiración bastante clara para varias de las grandes casas que presentan colección esta semana, y hay algo hermoso en esa puesta en común: ver las diferentes interpretaciones, los resultados distintos según los filtros y tamices por los que se pasa una misma idea. Por eso, los animales de Chanel poco tienen que ver con los de Schiaparelli. 

Tomando como referencia las pequeñas esculturas e imágenes que Coco Chanel tenía en su apartamento de Rue Cambon, se elaboró una artificiosa y magnífica puesta en escena en la que esculturas gigantes de madera, cual caballo de Troya moderno, dejaron salir a varias de las modelos, que también llevaban bordados en sus chaquetas y vestidos diferentes animales. En algunos casos, los looks adquirían tintes naíf, un bálsamo frente a lo descarnado que hay fuera. 

El club de los años 80 de Valentino

Pierpaolo Piccioli ya goza de un estatus en el que haga lo que haga, tiene el éxito asegurado; es lo que tiene transformarse en uno de los diseñadores favoritos del público en general y de la generación millennial en particular. Y quizás esa nostalgia por lo no vivido (al menos no de ese modo) lo que lleva a esos millennials a venerar una vez más las referencias a los años 80 que se han adueñado de la colección de Alta Costura de Valentino

Las blazers con hombreras XL se dan por supuestas, pero junto a camisas sobrias y corbatas en color negro, adquieren otra dimensión... Especialmente, cuando se ven los hot pants mínimos con lazos enormes que los acompañan. Hemos venido a jugar.

Los lazos son el recurso más repetido en los looks, con permiso de los volantes rizados que copan tanto vestidos como tops mínimos en los que lo único que se aprecia es el adorno. Algo parecido a lo que sucede con los lunares, que en alguna que otra salida pierden su categoría de estampado para transformase en, directamente, aberturas. Y de esas también ha habido muchas, sobre todo en los laterales de vestidos de talle bajo

Puedes observar también un buen puñado de minifaldas, de camisas de organza transparente; de volúmenes imposibles que ahí tienen todo el sentido del mundo y de un uso del color privilegiado y solo al alcance de unos pocos. Piccioli, entre ellos.