RÊVER o la marca que hace de los diamantes de laboratorio algo estético (y exclusivo)
Por María José Pérez - 30 de mayo de 2023 - moda
Con diamantes de laboratorio y oro reciclado, esta marca de joyas 'made in Spain' está demostrando que la sostenibilidad y la ética son compatibles con los más altos estándares de calidad en un sector en el que la tradición todavía pesa.
La joyería tradicional es una industria opaca. Piénsalo por un momento: a no ser que te apasione el tema o investigues mínimamente, cuesta saber cuánto cuestan las cosas en realidad y, sobre todo, de dónde salen. Justo lo que pasaba con la moda, un sector en el que la transparencia está un poco más asentado. Ahora, le toca el turno a las joyas. Al menos, así lo cree Marta Peñalver, cofundadora de RÊVER, una marca de joyería española que empezó a gestarse (como muchos otros proyectos) en la pandemia y que ahora cumple su segundo aniversario. Y lo hace manteniendo las mismas certezas que al inicio y con un plan de expansión nacional e internacional tan realista como ambicioso: hay mercado para ello.
Peñalver y su socia llevaban mucho tiempo trabajando en retail y observaban cómo esa industria caminaba hacia la sostenibilidad mientras que otros ámbitos, como las joyas, parecían lejos de ese punto. Y como en toda buena historia, un componente personal fue el detonante: "Un familiar cercano de mi socia se prometió con un anillo diseñado a partir de diamantes creados en laboratorio. Esa idea nos fascinó y nos impulsó a explorar esta posibilidad". No todo fue rápido: tocaba hacer estudios de mercado, evaluación de alternativas y situación fuera de España, a pesar de que el proyecto iba a estar localizado en Barcelona. ¿Por qué? Sencillamente, para explorar todas las posibilidades.
"En Estados Unidos, los diamantes creados en laboratorio y el oro reciclado ya habían comenzado a forjar su camino años atrás, y el mercado acogía con entusiasmo esta nueva forma de concebir la joyería, más consciente y con un menor impacto medioambiental y social", explica Peñalver. Si pasa fuera, hay opciones de que suceda aquí dentro, pero es de todo, menos sencillo. "Es importante que los consumidores sean conscientes de que existe una alternativa más sostenible para la producción de joyas", afirma. "Somos conscientes de que alcanzar la sostenibilidad al 100% es imposible, ya que implica dejar de producir por completo. Si embargo, si podemos hacerlo de manera que comprometamos menos al planeta y a la humanidad, ¿por qué no íbamos a hacerlo?".
Para ello, producir en España "era primordial", pero necesitaban "aliados" que no solo compartiesen sus valores, sino que estuviesen "comprometidos en la lucha por transformar la joyería en una industria más sostenible y transparente", continúa la confudadora. "Fue un desafío encontrar a esos colaboradores idóneos". Sobre todo, teniendo en cuenta el compromiso y los costes. "Es mucho más caro producir en España, pero al mismo tiempo estamos apoyando una industria importante en nuestro país, que tiene una larga tradición y es referente por su calidad. La figura del artesano es clave en el proceso de producción de la marca y no nos imaginamos haciéndolo de otra manera".
Ese saber hacer puede durar, aproximadamente, unas cuatro semanas, dependiendo de la complejidad de la pieza; tiempo récord si se tiene en cuenta la minuciosidad del proceso artesanal que requiere su construcción y montaje. Porque aquí la tecnología aparece para facilitar la vida... y para crear materiales más responsables con los que, por desgracia, el público no siempre está familiarizado. Es cuestión de tiempo.
"Los diamantes de laboratorio tienen exactamente la misma composición química, estructura cristalina, propiedades ópticas y físicas que los diamantes extraídos de las minas", afirma con rotundidad Peñalver. "En mercados en los que estas piedras son muy novedosas puede que haya una confusión sobre qué es realmente un diamante creado en laboratorio; sin embargo, en Estados Unidos o Asia, se trata de un producto muy conocido por el consumidor". Una creencia apoyada en la mayor demanda de los consumidores que lleva a la siguiente: "Las opciones sostenibles se consolidarán cada vez más en el sector de la joyería".
La narrativa y el discurso suman puntos, pero lo que termina de enganchar a quien busca una joya es, principalmente, el diseño. Por eso, los tiempos de inspiración no se marcan de manera estricta: "En ocasiones, llega de forma clara y con solo hacer un dibujo, tenemos la pieza perfecta lista para incluir en nuestra próxima colección". Sin embargo, hay momentos en los que la combinación de tamaños, grosores y formas necesitan más tiempo de maduración. Lo que no cambia es que el oro es reciclado y de 18 quilates y que los diamantes... ya sabes de dónde salen. ¿Lo curioso? Que saben equilibrar muy bien la tendencia con lo atemporal.
"Todos están pensados para adaptarse a la mujer actual", cuenta Peñalver. "También queríamos mostrar una manera de entender las piezas de joyería como algo más de diario, sin necesidad de tener una ocasión especial para tener que llevarlas". Entre ellas, destacan los pendientes Romance, "un diseño icónico de la marca" que incluye la V de RÊVER y pueden llevarse tanto de día como de noche. Y ojo, porque se vende por unidad o el par, lo que ha permitido a las clientas hacer sus propias combinaciones. Pero si hay unas joyas que llaman la atención, esas son las que llevan un baño de rodio negro.
"Son piezas muy especiales, más atrevidas y no aptas para todos los públicos", concede Peñalver. "Por lo general, el cliente que está acostumbrado a comprar joyería se siente atraído por este tipo de piezas, ya que es muy probable que no tenga algo así en su colección. Por el contrario, el cliente que se inicia en el mundo de la joyería, opta por los colores clásicos del oro para empezar a crear su fondo de armario". Un concepto con el que se sienten cómodas, ya que uno de los objetivos de RÊVER es trascender "las tendencias pasajeras" para perdurar a lo largo del tiempo, "con la esperanza de que se conviertan en tesoros que se transmitan de generación en generación". El viaje acaba de comenzar, pero el destino está cada vez más claro en el horizonte.