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Cómo hacer una limpieza de armario que no te dé pereza

Por DModa - 20 de febrero de 2023 - moda

#moda#consejos#cómo hacer#armario

No tienes que seguir procrastinando la tarea: hay unos cuantos consejos que te pueden ayudar a vencer esa resistencia inicial y a tener, por fin, el armario cápsula que te mereces.

Hacer una buena limpieza de armario para quedarte solo con la ropa que te enamora y que te garantice tener un look redondo es una de esas tareas que se va quedando en la lista sin tacharse a medida que pasa el tiempo: nunca es buen momento para hacerla. Y si te pones a ello, las excusas para quedarte con esa prenda "por si acaso" empiezan a acumularse tan rápido como los jerséis en el cajón. 

Es normal que suceda: estamos entrenadas en la acumulación y en la idea de que más, es mejor. Que debemos tener los armarios llenos hasta la extenuación y que repetir es un crimen contra la estética, incluso aunque la narrativa en la industria de la moda esté cambiando. Pero claro, lo que sucede en otra parte del mundo o en las pasarelas, parece muy alejado de esa mañana en la que te plantas frente al armario sin saber qué ponerte a pesar de que tengas varias prendas por percha porque no te cabe nada más. 

Sin embargo, es posible hacer una limpieza de armario que no te dé pereza, sino todo lo contrario: que te ayude a encontrar tu propio estilo de una vez por todas y que te permita acercarte a ese ideal del armario cápsula en el que todas las prendas combinan entre sí y, por tanto, dejan casi a cero tus momentos de duda.

Los momentos previos: prepárate para la limpieza de armario

Seamos realistas: vas a tener que reservarte un rato para esto. O varios; todo depende del tamaño de tu armario... y de las otras zonas de la casa que tengas colonizadas. No intentes abarcarlo todo en una tarde si crees que no va a ser posible: hay quien, como retrata en TikTok, realiza esta tarea por fascículos. Puede ser una buena idea, en tanto que son pequeñas conquistas que, además, ayudan a que tu cabeza no se sature y los posibles huecos que vayan quedando en tu armario, sean más fáciles de digerir. 

No tienes por qué sacar todo y ponerlo sobre la cama

Es cierto que este truco ayuda a tomar perspectiva y conciencia de todo lo que se tiene, pero también es verdad que la idea de volver a doblarlo todo y colocarlo en su sitio puede resultar aterradora, sobre todo cuando el reloj juega en tu contra. Así que, sencillamente, no te ates a ella: puedes hacer la limpieza de armario repasando lo que tienes colgado o doblado sin sustraerlo de su lugar. Eso sí, las piezas que tengan que someterse a un examen más concienzudo, tendrás que tenerlas frente a ti en solitario. 

Ayúdate de un esquema

Las dudas sobre qué se queda y qué no, hasta dónde llegan los "por si acaso" y el apego emocional a determinadas piezas (que en realidad no significan gran cosa para nosotras) son algunos de los hándicaps a superar. Y para eso, lo mejor es tener a mano una guía clara que te oriente en el proceso y minimice la indecisión.

Aquí tienes uno (que puedes descargar en alta calidad desde este enlace), pero recuerda que algunos puntos clave son:

  • ¿Te sienta bien?
  • ¿Es versátil?
  • ¿Te representa estéticamente, se alinea con el mensaje que quieres transmitir?

Si tienes espacio, guarda en una caja

Es normal que el desterrar para siempre esa falda o ese vestido nos genere inquietud. ¿Nos volveremos a enamorar de ellos la próxima temporada? ¿Se volverá a llevar ese color o ese corte? ¿Y si dentro de algunos años es una prenda vintage superdeseada? Si somos radicalmente sinceras, podremos saber las respuestas desde el primer momento, pero si nos permitimos un indulgente autoengaño, puedes destinar alguna bolsa o caja para esas piezas que, por algún motivo, no salen del limbo de la duda. Si no te has acordado de ellas en varios meses, ya tienes la solución a tu problema. 

No tires: vende de segunda mano o dona

Es la opción más sostenible, no solo para tu bolsillo (en el caso de la venta) sino para el medioambiente. Quizás no sea lo primero en lo que piensas en este proceso, donde tú eres el centro, pero una vez que estás acercándote a la luz al final del túnel, no está de más que este tema asome por tu cabeza.