Encinar y su sobremesa de costura arrasan en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid
Por María José Pérez - 25 de febrero de 2023 - moda
El diseñador debuta en la pasarela con una colección de otoño-invierno 2023/2024 que repasa los códigos que lo han catapultado a la popularidad más absoluta.
Fabio Encinar ha conseguido eso a lo que muchos aspiran y pocos logran: que sus creaciones se distingan a distancia y que siempre, siempre resulten hipnóticas. Los códigos con los que ha ido configurando esa identidad son muy claros: la tafeta, las siluetas ajustadas en color negro y volúmenes en los que añade el rosa y el amarillo. Lazos y volantes rematan ese glosario que lleva años definiendo y expandiendo hasta construir un idioma ante el que numerosas invitadas han caído rendidas y que permite que el millennial viva de la costura; eso que parece imposible en la era de la crisis constante. Y ahí está Encinar, embelleciendo las fiestas, los eventos y las sobremesas. A ese instante, le dedica la colección de otoño-invierno 2023/2024 que, además, supone el debut de Encinar en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
La Sobremesa es una oda a lo que sucede después de las fiestas en las que los diseños voluminosos de Encinar siempre tienen un lugar privilegiado. Así, los vestidos cortos y las mangas XL han paseado alrededor de una mesa monumentalmente desordenada (botellas de Mar de Frades y velas de Diptyque mediante), envolviendo a los looks inspirados en la costura de los años 80 en el halo de decadencia hiperestética que se merecen.
Los minivestidos palabra de honor se han convertido en una de las constantes de la propuesta, especialmente en color negro: sobre ellos, los añadidos de lazos y rizos en tonos rosas y malvas destacan especialmente. Pero tampoco hay que perder de vista a los rosas empolvados ni, por supuesto, a los toques de marrón que se erigen como novedad. No importa si se adueñan del bajo de un vestido corto o de un top que juega con el concepto del lazo (también presente en los peinados de las modelos): es imposible dejar de mirarlo.
Algo similar ha sucedido con el top con capa en color rosa claro o con el vestido amarillo corto y un poco naíf, o (por supuesto) con el conjunto de minifalda negra con flor malva y camisa blanca; un recordatorio de que en el universo Encinar también hay espacio para otras piezas. Por eso, tampoco habría que perder de vista los pantalones, favorecedores y cortados de una manera impecable.
El diseñador sabe bien, muy bien, lo que hace. Lo que quiere su público, lo que le pide la mano a la hora de dibujar y diseñar. Los ingredientes que tiene que incluir para que el menú resulte una fantasía y los comensales quieran más. Y quieren. Claro que quieren.