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Vacaciones de verano ¿para ti o para los demás? Una carta de Nuria Freire

Por DModa - 28 de julio de 2023 - lifestyle

#lifestyle#bienestar#vacaciones#nuria freire

La diseñadora y fundadora de Cléa Studio comparte una de sus aclamadas "cartas" con DModa. ¿El tema? Las tan amadas como odiadas vacaciones.

Te puedes ir de vacaciones porque simplemente te apetece, porque se supone que te tienes que ir a un sitio cool o porque quieres restregárselo en las narices a alguien. La primera nos apetece a todas, la segunda nos puede atormentar si no lo conseguimos encajar y la tercera solo la disfrutas si eres un poquito gilipollas, solo un poquito ¿He dicho gilipollas? Quería decir inseguro.

Esa gente que cuenta su lugar de destino haciendo una pausa final, esperando la adoración de quien no va a unirse a ese supuesto maravilloso viaje. Siempre sabes quién te comparte su vida desde la felicidad más honesta y quién desde la arrogancia, esa arrogancia que le genera alivio por tener unas supuestas mejores vacaciones que tú, disfrutando de esos segundos fugaces de “superioridad”. Quizás hasta se piensa que tiene la vida solucionada y que es un semidiós. Y tú, que le has visto lo que tiene debajo del pantalón, sin confirmar ni desmentir, sabes que no es para tanto.

Cuando la alegría es honesta, no incomoda a quien tiene al lado: les contagia, les inspira, les motiva, les hace imaginarse cogiendo ese avión la próxima vez.

Llámame bruja. Podría ser envidia por mi parte. Quizás. Pero cuando la alegría es honesta, no incomoda a quien tiene al lado: les contagia, les inspira, les motiva, les hace imaginarse cogiendo ese avión la próxima vez. ¿Quién os viene a la cabeza? Ahí es donde no es. Lo gracioso es que insisten e insisten, como si estuviéramos sordas o tuviéramos memoria a corto plazo. Sí, ya te escuché, ya sabemos que vas muy lejos. Disfruta. Te lo mereces.

También podemos viajar para escapar. Escapar de la monotonía, de los jefes, del curro, de los compañeros infumables, del hacer, hacer y hacer sin propósito. La gracia, la putada y la realidad es que nuestros demonios y nuestra paz nos la llevamos allá a donde vayamos. Y a la vuelta, si no le pusimos remedio, nuestra vida de mierda sigue ahí. Así que ¿de qué te sirve irte a la India para desconectar? Mejor gasta el dinero en libros que te enseñen a emprender y te acerquen a la vida que quieres, para que cuando viajes lo hagas por amor. Se nos olvida hacer las cosas por amor y las hacemos por llevarle la contra a algo: a un ex, a un jefe, a nuestra familia, a nuestra vida.

¿Quién decidió que compartir las alegrías es de creídas arrogantes? 

Limítate a viajar porque te apetece. Viajar no es un premio, ni un castigo ni una venganza. Da igual a dónde. Adonde a ti más te guste. Si no eres una persona con una lista de países que visitar antes de morir ¿qué más dará? Ve adonde honestamente te llene el corazón, aunque se trate del sitio menos instagrameable del mundo. Yo me escapo de las masas. Si estoy de vacaciones busco desconexión, una duna vacía, una playita que existe solo cuando baja la marea y va gente sin drogar. Silencio mental y a mi alrededor. Así es como siento de verdad estuve descansando. Quizás para ti sea todo lo contrario: fiestas y masas. Tendrás entonces que definir la palabra vacaciones por ti misma y no con un artículo que dice “20 lugares que no podrás dejar pasar estas vacaciones”. Pues a lo mejor si los dejo pasar, sí. Y la cola para hacerme una foto en una puerta, también. También os digo que nada como hacer cola para una foto para demostrar que tus vacaciones son for the gram, para que las vean y no para ti.

Escribo esta carta para levantar la losa que nos cae encima con cada temporada de verano, esa que nos hace experimentar los altibajos de “estoy viviendo la mejor vida y la más miserable a la vez”. La mejor cuando haces lo que te apetece: solecito y chiringuito, y la peor cuando todo el mundo parece ser rico cuando a ti te toca currar en el calor de Madrid y sientes que no salen los números para irte a Costa Rica.

Envidia o inspiración. Tú eliges como lo vas a vivir. Una bloquea, la otra te pone en movimiento.

¡Ay, amiga! Las mentiras, el aparentar e Instagram van de la mano. No hay que creer todo lo que vemos ni todos los pensamientos que nuestra mente lanza. Yo no publico historias llorando porque hasta ahora soy una persona normal que cuando está triste, está triste y no busca absurdo engagement y atención de desconocidos. Otra cosa es contarlo todo como si tu vida no tuviera un pero. Todos tenemos peros, aunque no los enseñemos porque sean demasiado personales, aunque nuestras vidas sean bonitas y buenas y no lo admitamos por desagradecidos.

Tampoco hay que dejar de compartir ni ser modestos. ¿Quién decidió que compartir las alegrías es de creídas arrogantes? ¿Quién se inventó el dicho “delante de los pobres no se come” para callar o parar a alguien que experimenta lo que tú no?

No nos volvamos unos quejicas que se creen mesías detrás de un móvil. ¿No te gusta tu vida? Échale paciencia y cariño para mejorarla. Pero no pidas que los demás oculten eso que tú catalogas como abundancia. Envidia o inspiración. Tú eliges como lo vas a vivir. Una bloquea, la otra te pone en movimiento. Y quizás un poquito de envidia sana es buena para que te pongas a funcionar si eres lista. Pero no te amargues la existencia midiéndote por lo que viven los demás, o aparentan vivir los demás; date un respiro y deja de justificar la valía de tu existencia por tus vacaciones de verano.

Nada más que añadir.

Love,

Nu