El anillo de compromiso de Rosalía me ha EMOCIONADO, no me escondo
Por María José Pérez - 30 de marzo de 2023 - lifestyle
Y el videoclip 'Beso', donde anuncian su compromiso, también; no vamos a engañarnos: verlo es querer estar enamorada todo el rato.
Pues claro que Rosalía y Rauw Alejandro no iban a anunciar su boda como el resto de los mortales, ni siquiera como los modernos (o los que se creen modernos), vía redes sociales. No, lo han hecho en el videoclip Beso, una de las tres canciones que conforman su primera colaboración juntos. Vampiros y Promesa son los otros dos temas de RЯ pero claro ¿cómo concentrarte en ellos cuando nos han servido en bandeja todas esas cosas que nos encantan, es decir, una historia de amor, juventud, música, fama y boda? Pues eso.
Lo admito sin pesar ninguno: no he parado de sonreír mientras veía Beso. Está hecho para eso: clips caseros casi el 100% del tiempo (y los que no lo son, están grabados para imitar esa estética), ritmo rápido de las imágenes, que esto es 2023 y queremos muchos estímulos en poco tiempo, y escenas de amor cotidianas. Bueno, vale que lo de los conciertos no entra en esa categoría, pero la intimidad de ciertos instantes, sí. No es apto para pudorosos, para los que consideran que esas cosas deberían quedar de puertas para dentro. Pero para los voyeristas, esto es irresistible: una mano que se posa en la pierna para dar ánimos, un salto para volver a la cama donde está el otro, paseos de la mano, un abrazo, otro, otro más; besos, besos por todas partes. Y curiosamente, con una tremenda y magnética dosis de inocencia y naturalidad, la que impregna los primeros encuentros, pero también la que envuelve la rutina.
Ver a Rosalía y Rauw Alejandro en Beso es ponerse frente a cómo te imaginas las relaciones, cómo te gustaría que fuesen incluso después de cuatro, cinco, seis años. Incluso después de los niños, pero eso es otra historia distinta. Que ojo, estamos hablando de treintañeros, no de adolescentes: por pura cuestión de tiempo, se espera más poso, más madurez. Más esfuerzo que ganas locas. Y aunque esté lejo', tú ere' la persona más cerca de mí.
Entre sonrisas, y sin que esta idea las aplacase ni lo más mínimo, no he podido dejar de pensar que son muy listos. Porque si hacía falta un golpe maestro, el manotazo en la mesa que terminase de garantizar la viralidad y que para colmo estuviese en perfecta sintonía con esta historia de amor, era el anuncio de compromiso. De hecho, qué demonios: sonrío todavía más por ser así de listos. Me gusta esta gente.
Pasando de lo horizontal al vertical, porque no hay millennial ni persona de la generación Z que no se grabe de otra manera, aparece Rosalía llorando emocionada con un enorme anillo de compromiso en el dedo y la caja todavía en la mano. "Y todo el rímel aquí corrío". Vamos, primera, primerísima reacción después de que alguien te pida matrimonio; emoción sin filtros. En serio, ¿cómo nos vamos a resistir? Es que es imposible.
El anillo de compromiso es el mismo que ya se le vio en verano y en algún despiste en redes sociales pero del que, por supuesto, no hay ni rastro en los perfiles. Y es estupendo, porque cada uno debería ser libre de contar sus historias cuando se siente preparado y, en general, cuando le dé la real gana, también cuando hay estrategia de marketing de por medio (ni que eso no fuese válido). Todavía no ha trascendido la firma, pero algo que ha podido sorprender es lo clásico del anillo: una piedra central y monumental rodeada por otros diamantes de menor tamaño formando un triángulo a cada lado del brillante protagonista. Monturas, tallas y disposiciones muy utilizados en joyería, sí. Pero es que esta es una joya para toda la vida, así que no es extraño que se mantenga en los márgenes de la tendencia. Y siendo fiel al estilo de la cantante: exuberante.
No me escondo: me he emocionado al ver el anillo, pero no por el brillo de los diamantes, y mira que es difícil permanecer al margen de ese fulgor. Me he emocionado porque el objetivo del tema y del videoclip están más que conseguidos, porque el golpe de efecto es un cliché que funciona y porque la parte cursi que casi todos albergamos en nuestro interior se ha revuelto al ver a estas dos personas quererse de un modo (quiero pensar, y quiere pensar mi lado sensible) genuino y curiosamente espontáneo. ¿Cómo puedo estar prensando en naturalidad cuando han hecho un videoclip de ello? Quizás porque la estética me invita a pensar en ello, claro: son la franqueza frente a las poses de las fotos de las redes sociales.
Déjame seguir en mi nube unos minutos más. Qué le vamos a hacer: soy una inocente... y parece que también una romántica.