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He probado el maquillaje que Mary Phillips le hace a Hailey Bieber y ya no pienso hacerme otra cosa

Por María José Pérez - 13 de febrero de 2023 - belleza

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La técnica de la maquilladora Mary Phillips para conseguir un rostro esculpido pero natural, como Hailey Bieber y Kendall Jenner, es viral en TikTok. Y sí, funciona.

Me gusta mucho maquillarme. Incluso más de lo que el entorno en el que me he movido en los últimos seis o siete años manda. Te cuento un secreto: en la industria de la moda existe la regla no escrita de que cuanto menos maquillaje, mejor. Todavía no tengo muy claro el motivo, pero si te paseas por cualquier press day o redacción de moda, podrás ser testigo de ese curioso fenómeno que te hace llevar looks maravillosos con la cara casi lavada. Casi, que ya sabemos que el no makeup-makeup es difícil de conseguir. Y quizás por eso, porque me apunto a probar distintas técnicas de maquillaje para el rostro y porque hay veces que el contorno no me queda exactamente como desearía (mi gusto por maquillarme es inversamente proporcional al tiempo del que dispongo por las mañanas), el truco viral de Mary Phillips entró en mi cerebro como una flecha: directo y alterando todo lo que había alrededor.

La maquilladora, con dos millones de seguidores en Instagram, ha trabajado con Jennifer Lopez, Priyanka Chopra o Hailee Steinfeld, pero dos de sus clientas habituales más conocidas son Hailey Bieber y Kendall Jenner. No te voy a contar el impacto que tienen estas dos mujeres en la industria de la moda, la belleza y el entretenimiento, como tampoco hace falta que te diga que las dos suelen llevar un maquillaje absolutamente pulido, pero absurdamente natural. Parecía imposible descifrar cómo era posible que tuviesen esos pómulos perfectamente marcados sin trazos (muy) visibles de contorno; cómo el colorete es un toque de rubor delicado y cómo el corrector de ojeras, al contrario que Kim Kardashian, apenas puede apreciarse. Como si esa fuese su piel nada más levantarse. Y ojo, la tienen maravillosa (ya se encargan ellas y su equipo de conseguirlo), pero ese halo glow tenía que tener una capa más de producción. Así que cuando la propia Mary Phillips compartió su rutina de maquillaje, trucos incluidos, era inevitable que guardase el vídeo en favoritos y lo intentase por mi cuenta y riesgo. Valor y al lío.

Después de preparar la piel, mis instintos cuadriculados sufrieron al ver que primero había que poner el contorno. Sujeté el stick Amber de Fenty Beauty y empecé a marcar los huesos y las hendiduras del rostro pero no tanto como Phillips: esto va de adaptar el maquillaje a ti y a tus facciones, no al revés. Vamos, que me salté el contouring de la nariz y la frente, pero respeté el de los pómulos, la mandíbula y las sienes. Difuminé con cuidado, tratando de fundirlo con mi piel, pero inevitablemente, el resultado no es el mismo que cuando hay una base. No importa, me dije, confía en el proceso. 

Tras el contorno, Phillips aplica el corrector en zonas estratégicas, como la ojera, bajo el contorno del pómulo y la nariz. Vamos, unir la luz a las sombras, un claroscuro pictórico de toda la vida. Lo mismo Caravaggio se está revolviendo en su tumba, pero es lo que hay. Este paso lo seguí al pie de la letra, solo que con un poco más de carga en la ojera que en el tutorial original: mezcla genética, estrés, madrugar y un niño de dos años y medio en casa y tendrás unas maravillosas ojeras más oscuras que tus pensamientos autodrestructivos. Pero el mantra de difuminar con cuidado, a pies juntillas.

A estas alturas, mi rostro era un curioso mapa de color por zonas. Pero claro, faltaba el último paso: un toque de base de maquillaje que terminase de difuminar y unificar levemente el conjunto. Reconozco que tenía mis dudas porque ¿para qué he puesto todo lo anterior si lo voy a cubrir luego? Ahí es donde está la reticencia y el error de principiante, o de makeup-junkie carca: la base no tapa todo porque es de cobertura ligera y se aplica poca cantidad con una brocha muy suelta. 

Y funcionó.

Tanto el contorno como el corrector adquirieron un aspecto muy natural que me resultaba perfecto para el día a día, especialmente después de añadirle el toque de colorete de rigor y un pelín de iluminador en la parte alta del pómulo (qué le vamos a hacer, una tiene sus debilidades). El rostro estaba iluminado, esculpido de una manera muy suave y con un acabado que creía imposible sin renunciar al contorno. 

Experimento concluido con éxito.

¿Usaré esto en grandes ocasiones? Adaptándolo, seguro que sí (vamos, añadiendo un poquito más de drama sobre la base). ¿Usaré esto a diario? Evidentemente.